EL INTERCAMBIO DE PAREJA
El intercambio de pareja o swinging (del inglés swing, «oscilar, columpiar») se refiere a un tipo de actividad sexual en el que tanto personas solteras como miembros de una pareja comprometida participan en actos sexuales con otras personas sin ningun compromiso. El intercambio de pareja es una forma de no monogamia que se experimenta en pareja, cuando ésta tiene una relación abierta. El individuo o pareja que incurre en estas prácticas suele denominarse swinger o «parejas liberales».
INTERCAMBIO DE PAREJAS EN LA ÉPOCA ROMANA
Entre los romanos existía una particular solidaridad masculina que los llevaba a intercambiar esposas como objetos —o quizás no, pues algunos lo consentían—. Esto servía para establecer lazos de parentesco. Los hombres lo hacían libremente y las mujeres lo aceptaban. Marcia fue entregada por su esposo Catón a su amigo Hortencio, con el permiso de su padre. Marcia tuvo dos hijos con Hortencio y, tras la muerte de este, Catón la recuperó. Si Marcia fue feliz, es algo que desconocemos. El problema radica en que, cuando una práctica social se generaliza, deja de percibirse como ofensiva.
Los comportamientos sexuales promiscuos, es decir, las relaciones sexuales con parejas (frecuentemente) cambiantes, ha existido en casi todos los tiempos y en todas las culturas. Sin embargo, el intercambio de parejas debe distinguirse de otras formas similares, como la poligamia (una forma de matrimonio institucional o socialmente reconocida) o el poliamor (relación amorosa real entre varias personas). El intercambio de parejas siempre ha estado presente como comportamiento sexual (por ejemplo, son proverbiales las orgías en la antigua Roma o la práctica de tener concubinas y amantes reales de la época barroca). Como tendencia social establecida y extendida (aunque en condiciones especiales), no surgió sino hasta mediados del siglo XX en los Estados Unidos, como sugiere el término común en inglés swinging.
EL INTERCAMBIO ENTRE LA PERVERSIÓN Y LA TRANSGRESIÓN,
DONDE LA PAREJA SE ABRE O SE SEPARA
¿Una forma de escapar de la rutina sexual o una manera de fortalecer una relación? Descubre en este álbum los secretos que se esconden tras el fenómeno del intercambio de parejas.
LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
El fenómeno del intercambio de parejas es sumamente complejo, sinuoso y profundo. Es, por lo tanto, el fruto de la culminación de una relación compartida, abierta y libre (no libertina). Por consiguiente, no debe subestimarse, y mucho menos evaluarse basándose en mecanismos iniciales que no siempre son válidos ni lícitos, ya que la mentalidad común (religiosa y moral) confunde transgresión con perversión, cuando en realidad son dos cosas completamente distintas. Quien piense que el intercambio de parejas se reduce al sexo no es un verdadero swinger; casi siempre cuando se piensa al intercambio de parejas se trata de un intercambio de sexo, de carne y de pasiones, una especie de carnicería de las emociones y los instintos más bajos del ser humano, en cambio se esconde muchas otras dimensione que tienes sus màs valiosos y secretos valores.
INTERCAMBIO, FANTASÍA ENTRE PENSAR Y HACER
El intercambio de parejas requiere años de armonía en la pareja, pero muchas se quedan atrapadas en sus raíces, principalmente en la fantasía, ya que el 99% de las parejas comienzan con fantasías de intercambio o de estar juntas o con múltiples parejas pero nunca lo hacen y nunca lo dicen o confiesan. Mientras están con su pareja, incluso pueden hablar de querer tener otras parejas en ese momento, pero muchas veces se queda en una simple charla, mientras que otras chocan con la realidad. Una cosa es la fantasía, el mundo virtual, la cámara web y el intercambio de fotos, y otra muy distinta la realidad: el encuentro sexual en vivo con otras personas, ver a la persona que aman —se supone que la aman— junto con otras parejas, donde podrían encontrar no solo sexo, sino también sentimientos y emociones que nunca les han mostrado, incluso otro amor, es un fantasma terrible. Entonces todo cambia, incluso para las parejas que se separan, porque los sentimientos, no el sexo, son un tabú incluso entre quienes practican el intercambio. Precisamente por eso, lo que suele faltar en muchas parejas ficticias es el amor y los sentimientos. Así que el talón de Aquiles del intercambio de parejas son los sentimientos, no el sexo.
SWINGERS SUAVES o SOFT
Hay una categoria de swingers o intercambistas que se llaman "Soft" o suaves. No se atreven a ir hasta el final, al punto de un intercambio real con penetración y entrega total. Se limitan a caricias e incluso sexo oral, pero nada más. Dejan un margen de protección para su fidelidad puramente genital, un fantasma siempre al acecho. A menudo, estas parejas son inestables, temerosas, inseguras, eternos Peter Pan que solo buscan miradas y caricias, lo cual no debe subestimarse (porque también forman parte de un erotismo sano). No hay swingers de primera ni de segunda categoría; simplemente tienen gustos diferentes, pero no siempre están en la misma sintonía, ni siquiera en las mismas coordenadas de un camino marcado por la LIBERTAD mental y física.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: UN JUEGO PELIGROSO QUE DEBE TOMARSE EN SERIO
El intercambio de parejas no es algo que se haga para fortalecer una relación, sino cuando la pareja ya es muy sólida y puede explorar otra dimensión de la sexualidad. No es una vía de escape de emergencia para revitalizar una sexualidad que se ha apagado tras años de matrimonio o convivencia, sino cuando la fantasía ha alcanzado la plenitud y la libertad sexual de una pareja vibrante y apasionada que puede soportar la dispersión de la poligamia física junto con la fuerza gravitacional de la monogamia emocional. En resumen, la pareja también debe estar dispuesta a cambiar de rumbo si encuentra otra persona que le atraiga y abra un nuevo capítulo que nunca se sabe si terminará. En estas practicas se experimenta lo que verdaderamente quiere decir "te amo pero no te poseo, te amo aunque no sea el unico, te amo porque eres libre, te amo porque no tengo miedo de perderte". Aqui el amor es inclusivo no esclusivo.
EL TABÚ DEL INTERCAMBIO DE PAREJAS
Para una mentalidad nacida y criada en la monogamia, es casi imposible interactuar con quienes practican la poligamia. Son dos lenguajes distintos, dos coordenadas diferentes. Quienes nunca han amado a dos personas no saben lo que significa; de hecho, ni siquiera saben que es posible (así como es posible amar a dos o cinco hijos). Para nosotros, el amor es exclusivo, único, monógamo, como Dios: eres único. Pero en el fondo, todos somos únicos, así que en el intercambio de parejas se descubre algo más: quién es el primero que no pretende ser el único, aunque siga siendo el primero. El intercambio de parejas transforma cada vez más a parejas que se aman profundamente y que necesitan vivir en ese límite, frontera o equilibrio de lo Absoluto (el amor fiel y absoluto por una sola persona es una manía o locura que pocos disfrutan; todos lo intentan, pero pocos permanecen lúcidos y felices) en cómplices sinceros, transparentes y libres (fieles, por lo tanto, porque son ellos mismos, porque no ocultan sus fantasías de compartirse). Mientras tanto, puede destruir en un abrir y cerrar de ojos a parejas que se aventuran, sin dar razón de sus sentimientos, su curiosidad, sus traumas sexuales, en este continente perdido y oscuro del inconsciente humano.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: UN RECUERDO ANCESTRAL
El intercambio de parejas, como tantos otros fenómenos, es una costumbre aparentemente reciente en nuestra sociedad moderna, vanguardista y transgresora de tabúes (aunque desconocemos cuántos tabúes permanecen intactos dentro de esta práctica, como los celos). Sin embargo, es tan antigua como la humanidad misma. Las orgías griegas y las bacanales romanas lo demuestran. Incluso en la época victoriana, cuando se cubrían incluso las patas de la mesa por pudor, abundaban las orgías cortesanas donde se practicaba el intercambio de parejas, si bien entonces no se le llamaba así ni era un fenómeno social como lo es hoy. Todo lo que hoy creemos que son fenómenos transgresores ya existían sea en la Roma que ne la Grecia antigua.
EL INTERCAMBIO DE PAREJAS COMO FENÓMENO SOCIAL MODERNO
Las primeras manifestaciones sociales y culturales del intercambio de parejas surgieron en la década de 1970, si hablamos del fenómeno en sí. Algunas películas contemporáneas están ambientadas en esa época (por ejemplo, La tormenta de hielo o la famosa serie Swingtown, la película S.O.S. Summer of Sam incluye una escena de intercambio de parejas con consecuencias devastadoras para la pareja). Personas de clase media, aburridas en sus hogares, ven en el intercambio de parejas una forma transgresora de escapar de la rutina. Pero, como veremos, las motivaciones que llevan a muchos a practicar el intercambio de parejas no siempre son válidas, y mucho menos conscientes. No olvidemos la película "Eyes Wide Shut" un vero culto del mundo oculto de los swingers.
PRIMER PILAR DEL SWING
El primer pilar del swing es el respeto a la libertad del otro. Este principio lleva a la pareja a eliminar cualquier sentimiento de posesividad y, por lo tanto, los celos: tu no eres mio, el amor a veces en una manipulación con la cual obligamos dulcemente a hacer que el otro haga todo lo nuestro ego quiera y desee. El otro no te pertenece; no te quiero para mí, te quiero para ti; te perteneces solo a ti mismo/a. Seré tu cómplice para que puedas alcanzar tu libertad. No tienes que depender de mí, de mi consentimiento, de mi permiso (como un niño/a de su padre/madre); más bien, dependerás de la independencia que te ofrezco, y esta dependencia es la fuerza que nos une para siempre. Quiero experimentar alegría al verte disfrutar incluso sin mí, esto es altruismo total y libre. Sin embargo, una persona que piensa así es soltera por naturaleza; no se la puede comparar con las parejas, porque los swingers son, en última instancia, muy independientes; solo se sienten cómodos con otra persona independiente; son dos solteros que forman una pareja y comparten un vínculo. Si uno de ellos empieza a imponerse como el modelo absoluto, la pareja se separará inmediatamente, nace la monogamia (yo soy tu unico amor), y el monoteismo (yo soy tu unico Dios), eres mio y basta.
SEGUNDO PILAR DEL INTERCAMBIO DE PAREJAS
La disociación entre sexo y amor es un verdadero tabú, incomprensible para nuestra mentalidad, que ha creado el sexo a partir del amor, sin darse cuenta de que el sexo en sí es una necesidad física y un instinto biológico que se disocia fácilmente de los sentimientos y la espiritualidad. Esta segunda ley nos enseña que no todas las emociones o sentimientos deben llamarse amor, porque el amor implica compromiso y, por lo tanto, requiere responsabilidad y dedicación total para perdurar (de ahí el amor eterno). Mientras tanto, el sexo puede experimentarse con muchas otras emociones que no son amor, por lo que no requiere compromiso, dedicación ni responsabilidad. Y como todos sabemos, mientras que el amor perdura, el sexo pasa y es una pérdida de tiempo. Pero nunca se excluye que una persona pueda amar a dos o más personas (un tabú que es difícil de abordar en esta publicación, pero que he tratado en otro lugar), siempre y cuando sean capaces de no dejar a nadie con carencias: cuanto más tiempo y espacio dediques a una persona, más se marchitará la otra. Cuando eres esclavo, no puedes amar a dos amos; Solo cuando eres un Amo o padrón puedes amar a dos esclavos. Aquí es donde entra en juego el problema del tiempo y el espacio. Mientras no haya amor y solo sexo, los swingers suelen mantenerse a flote, porque se utilizan mutuamente a sabiendas, o mejor dicho, intercambian pasiones sin profundidad emocional. Pero para muchas personas, esto es imposible, precisamente porque su estructura es tal que, sin profundidad emocional, no sienten nada externamente. Por lo tanto, todos tenemos predisposiciones mentales diferentes. Cuando nace el amor, la pareja debe incluir a un tercer o cuarto miembro (como se hace en las familias polígamas), pero debe nacer de forma conjunta; de lo contrario, el amor que nazca fuera de la pareja la destruirá.
¿INTERCAMBIO DE PAREJAS O ADULTERIO CONFORMISTA?
El intercambio de parejas no debería ser ADULTERIO CONFORMISTA... porque no es un acuerdo mutuo para ser infiel sin romper, no es una salida de emergencia para salvar un matrimonio en crisis, como si dijeran: «Ya que necesito otros amantes, te concedo el mismo derecho, así somos iguales, eliminamos la culpa, nos perdonamos y nos volvemos cómplices de nuestra infidelidad».
Esta es una solución puritana, porque el intercambio de parejas de esta manera nace de forma mezquina como una conveniencia egoísta; en lugar de resolver el problema, lo silencia bajo la apariencia de acuerdos políticos; el verdadero intercambio de parejas es una puerta abierta a la mente, no una salida de emergencia estrecha para el corazòn ahogado en el deseo de tener màs sexo.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: EN BUSCA DE LA INDEPENDENCIA
El intercambio de parejas es una práctica sexual transgresora que implica promiscuidad consensuada entre varias parejas. Desafortunadamente, el problema radica en que muy pocas parejas conocen todos los mecanismos que conlleva; de hecho, el 90% descubre sus problemáticas implicaciones durante el proceso, o incluso mientras tienen relaciones sexuales. Por lo tanto, la esencia del intercambio de parejas no es el sexo; no es el fin, sino un medio. Quienes están fuera de este círculo piensan que se trata solo de sexo, pero es su deseo y obsesión por el sexo lo que les hace creer eso. La esencia del intercambio de parejas es la libertad personal y la complicidad de la pareja, quien desea experimentar la independencia del otro a un nivel inimaginable: el íntimo (de hecho, es paradójico, porque ese es precisamente el nivel al que una pareja enamorada más aspira y piensa que es suficiente, incluso unico fin, pero quienes practican el intercambio de parejas van más allá). Creo que una verdadera pareja swinger es aquella que, tras años o diversas experiencias, se siente plena y convencida, y comprende que el único absoluto es el amor por todos pero no todos son para uno (no somos dioses), y que este es suficiente en sí mismo. Por lo tanto, si amas a tu pareja y ella te ama, el intercambio de parejas quedará atrás como un desierto de almas donde te diste cuenta de que no estabas a la altura de darlo todo y tenerlo todo. Si te quedas en el intercambio de parejas, nunca estarás satisfecho, porque la esencia de esta práctica es ninfómana: nunca parar, nunca fijarse; el intercambio es solo intercambio de pasaje, un medio no un fin.
INTERCAMBIO MENTAL
El intercambio de parejas casi siempre surge de la fantasía (porque biológicamente somos polígamos, así que no se trata solo de fantasías perversas es un instinto natural querer estar con muchas personas, proque si eres sincero tienes que confesar que te gustan muchísimas personas, basta salir por las calles y ver tanta bellissima gente atrayente). Incluso quienes nunca han cometido una infidelidad sexual no pueden decir lo mismo en cuanto a fantasías e imaginación. Todos tenemos relaciones sexuales mentales con más de una pareja imaginaria, intercambiamos parejas o participamos en orgías, y anhelamos amantes desconocidos y desechables. O imaginamos tener un harén o dos hombres que nos aman y nos colocan en el centro de su mundo como a una reina. La tentación erótica puede despertar incluso en la persona más virtuosa y fieles. Así como estas fantasías son normales y recurrentes en todos nosotros, también lo es negarlas. La gran mayoría las niega o se niega a admitir haber tenido alguna vez tales fantasías, porque la moral engaña muchas veces la naturaleza, pero la naturaleza se desquita siempre.
EL INTERCAMBIO DE PAREJAS SOCAVA LOS FUNDAMENTOS DE LA FAMILIA MONÓGAMA TRADICIONAL
Este erotismo se manifiesta como transgresión, aventura, desorden, el deseo de sentir el tacto de otro cuerpo, otro aroma, una persona desconocida pero ideal a nuestro lado, el placer de la seducción, el juego erótico, la emoción, cuerpos diferentes, formas diferentes, razas distintas. Todo esto —no se escandalicen— forma parte de nuestra NATURALEZA. Quienes lo convierten en un problema son quienes carecen del valor para aceptarlo, por lo que se demoniza (como hacen la religión y la política) y se convierte en TABÚ; porque el verdadero intercambio de parejas socava los fundamentos de la sociedad capitalista y consumista, porque elimina el sentido de propiedad, posesividad y exclusividad. Por esta razón, quienes gobiernan la sociedad convierten ciertos fenómenos en tabú, es decir, intocables, porque amenazan a la sociedad misma en beneficio de quienes la gobiernan. La familia tradicional atraviesa una profunda crisis evolutiva (épocal), y dado que la familia es una sociedad en miniatura, es evidente que si la familia está en crisis, toda la sociedad sufre esta crisis de identidad. El resurgimiento del intercambio de parejas moderno es evidencia y consecuencia de una sociedad basada en el aislamiento de las parejas, carente de espiritualidad, lo que inevitablemente desemboca en estas formas de búsqueda de libertad (real o imaginaria, no nos corresponde juzgar; quienes la experimentan lo sabrán y descubrirán).
INTERCAMBIO DE PAREJAS Y SEXO LIBRE FRENTE A LA PROPIEDAD PERSONAL EN EL AMOR.
Muchas formas de REPRESIÓN SEXUAL (como la lapidación de mujeres infieles, la virginidad, la mutilación genital femenina, el sexo como pecado impuro, etc.) fueron concebidas por la cultura para proteger la fidelidad matrimonial, es decir, para salvaguardar la familia como institución social y política, ignorando las necesidades emocionales y psicológicas de la pareja. Esto se debe a que la pareja en la sociedad siempre ha sido definida por factores POLÍTICOS externos para satisfacer las necesidades de la sociedad interna, pero nunca por los deseos personales de la pareja. (La familia sirve a la sociedad, y la sociedad sirve a los políticos, no al revés. Por eso somos esclavos tanto de los políticos como de la estupidez colectiva de la sociedad). A pesar de esto, sin embargo, los impulsos sexuales y la traición (en su esencia NATURAL) siempre han prevalecido incluso sobre las prohibiciones más terribles en todas las culturas y religiones: el adulterio, en la práctica, es omnipresente. El intercambio de parejas es un tabú absoluto porque eliminaría el falso sentimiento de culpa religiosa y los escrúpulos morales sociales asociados al adulterio. El amor libre elimina el sentido de propriedad sobre el cual se fundamenta toda la sociedad, sobre todo la capitalista y consumista.
CÓMO COMIENZA EL INTERCAMBIO DE PAREJAS
Normalmente, la idea explícita surge del marido, ya que es más instintivo sexualmente, pero a menudo resulta que la esposa ya lo había estado pensando implícitamente durante años, debido a su mayor intuición sexual en lo que respecta al contacto físico. Más allá de una vida sexual insatisfactoria, poco imaginativa o monótona, así como de crisis emocionales y aburrimiento, el intercambio de parejas también puede surgir por razones triviales y fantasías pasajeras. Parece que la conciencia de la imposibilidad de ser físicamente fieles para siempre, ha llevado a algunas parejas a optar por la infidelidad y aceptar las traiciones de su pareja. Estas son las llamadas "parejas abiertas", pero ¡cuidado!: algunas parejas no son ABIERTAS, sino ROTAS. La apertura requiere conciencia mental, aceptación y alegría sincera, mientras que las parejas rotas soportan las aventuras sexuales de su pareja con arrepentimiento, ansiedad y complejos de inferioridad, por lo que los celos llegan tarde que temprano. De ahí sus constantes discusiones y reproches. Las mujeres a menudo caen en la trampa de sentirse libres, no un objeto sino capaces de usar sus cuerpos como les plazca y tener las pasiones que deseen, pero, como veremos más adelante, sus parejas no siempre están a la altura. Resumiendo, todo inicia en la fantasia de poseer tanto y no pertener a nadie.
EL INTERCAMBIO DE PAREJAS COMO EXCUSA
No siempre existen razones válidas detrás de este clamor por la libertad, pero a menudo subyacen mecanismos inconscientes: necesidad de control, confrontación, celos e impotencia disfrazada (como el marido impotente que se resigna a ser un voyeur y, para no perder a su esposa, permite que sus amantes estén bajo su control, pero lo soporta con sufrimiento y no con placer por ella, como el verdadero voyeur o el verdadero cornudo que disfruta de ella). Maridos que son atractivos sexualmente pero se bloquean psicológicamente y carecen de erecciones (el típico hombre que solo encuentra seguridad en el hogar es psicológicamente tímido, debido a un vacío, al miedo a la confrontación o a un complejo de inferioridad); o personas que adoran el exhibicionismo por sí mismo y se embriagan sin público (al igual que los famosos no son nada sin espectadores). En las parejas que inician el intercambio de parejas, es fácil encontrarse con estas y docenas de otras prácticas forzadas de diversa índole que siempre comprometen el consentimiento de la pareja.
EL INTERCAMBIO DE PAREJAS DESNUDA LA CONCIENCIA
Para muchos, el acuerdo tácito para ser infieles sin romper la relación es mejor. Empiezan con mal pie, porque, como he explicado en otra parte, si se hace bien, no es una traición, sino una sinceridad compartida, que es muy diferente. De esta manera, no se sienten traicionados, destruidos ni engañados por la infidelidad, porque «saben», tienen un papel activo y creen que, fuera de esta aventura, su pareja no sentirá la necesidad de repetirlo sin su conocimiento (pero, por desgracia, para algunos, es una licencia para hacerlo aún más e infidelizar dentro del propio intercambio, como ha ocurrido con algunas parejas: aunque intercambien parejas con el consentimiento de sus parejas, luego necesitan hacerlo en secreto, y aquí las compensaciones son diferentes y todo se vuelve màs peligroso y grave). Además, las parejas que practican este tipo de transgresión juran que todo esto aumenta su complicidad, pero un árbol (como dice la ley evangélica) se conoce por sus frutos: un buen árbol da buenos frutos: amistad, complicidad, libertad, respeto, sinceridad, armonía, paz en la pareja, etc. Un mal árbol da malos frutos: discusiones, celos, reproches, posesividad, insultos, provocaciones, silencios venenosos, hipocresía, etc.
PAREJAS EXTRAÑAS O FALSAS ENTRE LOS INTERCAMBIADORES DE PAREJA
No todo lo que brilla es oro. Analicemos algunos tipos de parejas verdaderamente peculiares que existen en el mundo swinger:
- Maridos que maltratan a sus esposas, y ellas lo aceptan para no perder el matrimonio (acoso y manipulación). Si luego ella lo disfruta, él o ella suele ponerse increíblemente celoso/a.
- Parejas que ceden para dar rienda suelta a sus fantasías, pero al final de la noche discuten porque él o ella se dejó llevar y disfrutó como nunca, lo que provoca que afloren celos latentes. Para evitarlo, muchas mujeres y hombres se reprimen y no expresan lo que realmente desean y sienten en estos encuentros.
- Parejas donde la mujer solo busca complacer a su marido, ella se presta al juego pero no se entrega a los demás, y participa únicamente como espectadora, a menudo rompiendo el equilibrio de la igualdad. - Parejas falsas: un hombre que paga a una escort para que finja ser su esposa, amante o novia y asisten a fiestas de intercambio de pareja pero pareja no lo son. Tambièn lo contrario: una mujer prostituta que invita un cliente a una fiesta swinger y le hace pagar el doble ya que el cliente se finje su esposo y està con màs de una mujer.
- Parejas estafadoras que engañan a hombres ricos con fotos y videos y luego los chantajean para que sus cónyuges no se enteren.
- Parejas que siempre se consideran principiantes y se concede poco (prepárense, esto es un campo minado; sin experiencia, están perdidos, y la experiencia no se adquiere tocando un teclado del ordenador), como las mujeres que intentan aparentar inocencia y dicen: "Solo lo hice una vez y estaba medio borracha, así que soy casi virgen", pero en realidad se han acostado con medio barrio. Es inútil intentar parecer inocente en un entorno donde intentan demostrar que el sexo no es sucio, sino bueno y natural.
- Parejas conservadoras que se consideran fieles porque no se entregan sexualmente (participan en manera soft: solo besos, caricias, al limito sexo oral, pero nunca penetración) y algunas hasta miran con horror a las parejas que practican el intercambio de parejas en profundidad (actúan como mojigatos disfrazados de transgresión).
- Parejas que quieren practicar el intercambio de parejas por separado, en habitaciones distintas, porque no soportan ver la realidad: ver a su pareja disfrutando con otra persona; o porque no se entregan tanto como quisieran en presencia de su pareja, así que, mientras la traición permanezca en su mente, les resulta tolerable... ojos que no ven, corazones que se engañan creyendo que no duele.
- Parejas donde la persona que practica el intercambio no es el cónyuge, sino el amante, viven con el temor constante de encontrar a otras parejas en el grupo que conozcan a sus esposos/as, peor aún, como ha sucedido, descubrir que el cónyuge está con otro swinger.
- Fiestas multitudinarias (orgías de swingers) donde los solteros pagan en secreto para entrar, y grupos donde una sola persona organiza, pero recibe un pago de los demás miembros (mercenarios a la fuerza). - Parejas que se creen amigas porque son swingers, pero que en secreto desarrollan aventuras extramatrimoniales (swingers y amantes, ¡qué plan tan de mal gusto robar en la casa de un ladrón que es tu amigo!), y estas son aventuras reales y descaradas, porque al poder hacerlo abiertamente con sus parejas, todavía conservan el sabor y el atractivo de lo furtivo, lo prohibido, la seducción de la conquista clandestina que para muchos ya no es una libertad que conquistar sino un vicio que complacer.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: TRANSGRESIÓN Y/O PERVERSIÓN
La línea entre el juego del intercambio y la neurosis sexual es muy delgada; es decir, entre la transgresión sana y natural y la perversión malsana y antinatural. Si una pareja no tiene una vida erótica íntima independientemente del intercambio de parejas, sino que requiere un intercambio constante como forma de estimulación o exploración externa, significa que la pareja está sirviendo al propósito del intercambio de parejas como un fetish o fijación psíquica. Están contaminados por un vacío destructivo, que llenan (como con cualquier vicio) con intercambio sexual. Entonces se llama PERVERSIÓN. Sin embargo, cuando el juego es para el beneficio de la pareja, un pasatiempo secundario, entonces la pareja crece, no en la perversión, sino en la TRANSGRESIÓN natural y el autodescubrimiento. Si el intercambio de parejas se convierte en la única forma de experimentar la sexualidad, se convierte en una obsesión (como el fetichismo), entonces uno es dependiente, un esclavo; es una enfermedad, una perversión.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: UN GUETO DONDE LA AMISTAD ES PELIGROSA
Entre el voyeurismo y el exhibicionismo, el intercambio de parejas es una práctica sexual muy extendida (por ejemplo en Italia, un país con 60 millones de habitantes se calcula que más de dos millones la practican), una practica que se sitúa en la frontera entre el placer y la transgresión. Obviamente, se requiere mucha madurez para no confundir la intimidad del sexo practicado con la intimidad de la amistad en pareja, ya que el mayor riesgo que puede surgir en este juego son los sentimientos que adquieren la fuerza de un vínculo, los cuales no deben confundirse con el amor ni con una relación estable. Nunca se puede descartar que estos encuentros, teóricamente puramente sexuales, desaten emociones intensas, atracción y placer por otra persona. De lo contrario, las relaciones sexuales seguirían siendo narcisistas, y uno sería incapaz de contener sentimientos de amor verdadero por su pareja. De hecho, muchos ajenos al mundo del intercambio de parejas piensan que si alguien no siente celos al ver a su pareja con otra persona, es por falta de amor, indiferencia y desinterés. De hecho, es todo lo contrario: una manifestación de amor total, es decir, libertad hacia el otro, hasta el punto de dejarlo ir e incluso abandonarlo por amor si desea estar con otra persona, porque se desea la felicidad del otro y si el otro està mejor sin ti, se necesita que tu Ego lo acepte y esta es la máxima demostraciòn de amor: dejar ir a quièn amas porque èl lo quiere. En este mundo swinger, las amistades secretas son escasas. A pesar de ser un grupo reducido que se conoce entre sí y solo se reúne para divertirse, muy pocos abren las puertas de su vida privada, porque una cosa es sexo sin intimidad otra intimidad donde se requiere amor.
LA CLAVE DEL INTERCAMBIO DE PAREJAS
La clave para liberarte de las nuevas sensaciones que trae consigo este juego es no basar las relaciones en comparaciones, como por ejemplo: quién te gusta más, quién foll@ mejor, quién tiene el p3ne más grande, quién es más apasionado, quién es más guapo/a, etc., porque la comparación genera sentimientos de inferioridad y celos. En cambio, debemos ser humildes y aceptar que todas las personas son diferentes y, por lo tanto, pueden brindarnos sensaciones distintas: alguien con un pene grande me produce una sensación diferente a alguien con uno largo, una rubia me produce una mejor sensación que una morena o una mujer negra me da algo diferente, no son mejores son simplemente DIFERENTES. Así, ante la diversidad, aceptamos nuestras limitaciones (porque sería absurdo pretender ser rubio y moreno a la vez). En este plano de diversidad, aceptamos la belleza de cada uno sin hacer sentir a nadie menos o inferior. Una de las raíces de los celos es precisamente que se basa en la comparación, en la competencia y en la inseguridad de la propia inferioridad. Es inútil negar que nos gustan diferentes cosas y sobre todo que nuestra pareja no lo puede tener todo: puede ser baja y no alta, con el seno grande per el trasero pequeño, cabello corto y no largo... no existe una persona que tenga todas las cosas que nos pueden atraer, hay siempre en otros algo que nos fascina y ningún otro lo posee.
PAREJAS Y TRIÁNGULOS INTERCAMBIANTES
Muchas parejas que practican el intercambio a menudo practican tambièn el triangulo, pero el mayor problema con la resistencia de las parejas a la inclusión de una tercera persona soltera (hombre o mujer) en una relación de intercambio radica en el temor a que esta persona entre en la relación y aporte nuevas emociones de forma asimétrica (es decir, ella con dos hombres o él con dos mujeres). También está el tema de la privacidad de la pareja, que debe protegerse (ya que la persona soltera no tiene nada que perder), mientras que la pareja casada se encuentra en igualdad de condiciones con la otra pareja, que es consciente de los riesgos que corre. Las mujeres solteras se encuentran en una posición inferior, tanto porque la mujer en la relación es menos propensa a los celos asimétricos (una mujer bisexual debería satisfacer el placer de la pareja si sabe cómo prestar atención a ambos), porque el hombre es más comprensivo con la energía más explosiva de la mujer (de hecho, lejos de ser el sexo débil la mujer es màs fuerte sexualmente, decir que es débil es una compensación psicológica inventada por hombres cuyo desempeño sexual es inferior al de las mujeres, razón por la cual las Gang band estàn hechas exclusivamente para mujeres). Sin embargo, en el 95% de los casos los anuncios dicen: "se busca mujer para un trio", lo que sugiere que el juego a menudo está impulsado o manipulado por hombres.
INTERCAMBIO DE PAREJAS: DEL DICHO AL HECHO HAY MUCHO TRECHO
Si te sientes tentado/a por la transgresión, ten en cuenta que las implicaciones psicológicas pueden ser distintas si no estás completamente comprometido/a. No practiques el intercambio de parejas solo para complacer a tu pareja: si no te excita de verdad, corres el riesgo de sentirte degradado/a y traicionado/a. Además, como suele ocurrir con las fantasías eróticas, pueden ser más placenteras en tu imaginación que en la realidad. Si bien imaginar a tu pareja con otra persona puede ser excitante, el acto en sí podría despertar celos. Otro problema de ceder a las transgresiones es el riesgo de que la situación se agrave: una vez satisfecha una fantasía, ya no basta y te ves obligado/a a buscar otra. En resumen, el intercambio de parejas no soluciona los problemas de pareja ni la pérdida de intimidad sexual. La intimidad sexual debe cultivarse en privado, independientemente de las transgresiones. Pero puede añadir mucha chispa a la intimidad... se trata de entender si merece la pena y si estàs de verdad maduro para hecerlo.
¿INTERCAMBIO DE PAREJAS EQUITATIVO?
A veces, cuando las parejas se conocen, surge un dilema: solo les gusta uno de ellos, pero no el otro; como cuando a tu novio le gustaba la novia del otro, pero a tu novia no le gustaba el novio de la otra. Aquellas parejas con mentalidad comunista, las que aún no han cruzado el umbral de la libertad personal (celos forzados), juegan al juego del espejo: tú haces con ella lo que yo hago con tu esposa, y viceversa, ella te lo hace a ti (el otro es, indirectamente, un peón en un juego para nuestro propio uso y consumo, de buena o mala gana). Así que, si durante un encuentro ella quiere participar y él no (porque a veces no le caemos bien a todo el mundo o no nos sentimos atraídos o involucrados con el otro), entonces él se siente incómodo, triste y se hace a un lado... y ella, "ALTRUISTA", renuncia a su placer. Pero si siempre renuncia, eso es egoísmo de parte de su pareja. A veces, las parejas maduras dejan de lado la tristeza de uno para acompañar la alegría del otro y permitirle disfrutar de su tiempo a solas... por desgracia, muy pocas parejas alcanzan este nivel de espontaneidad. La mayoría ostentan valores notables: simbiosis, unidad, compatibilidad. Ella siente lo mismo que yo. Separarnos y jugar individualmente sería desnaturalizar la relación de pareja y otros paliativos que ocultan la falta de libertad que tenemos el uno con el otro.
¿INTERCAMBIO DE PAREJAS, EGOÍSMO MUTUO?
Muchos acusan a los swingers de ser narcisistas y egoístas porque se utilizan mutuamente, pero cabe considerar que incluso en muchos matrimonios respetables, se masturban mutuamente sin conectar emocionalmente con el otro, ya que solo se conectan con sus genitales. Por lo tanto, esta acusación de muchos psicólogos clínicos que intentan analizar el fenómeno del intercambio de parejas basándose en su experiencia cristiana monógama es infundada (obviamente, el resultado es propio de Casanova). ¿Qué aconsejan estas parejas supuestamente "normales" y monógamas? Dicen que sería deseable mejorar la vida sexual sin ayuda externa. Pero no explican cómo hacerlo, porque si el problema es interno, ni siquiera el intercambio de parejas puede solucionarlo; de hecho, destruiría la pareja, al igual que una pareja (aparentemente distinta, cristiana y honorable) que se engaña sin ser intercambistas.
El intercambio de parejas está bien, ¿pero qué pasa después?
Quienes practican el intercambio de parejas y provienen de una cultura moral rígida encuentran inicialmente un gran alivio al romper las reglas, los tabúes y el condicionamiento social, pero con el tiempo corren el riesgo de perder el placer de lo prohibido, la emoción del secreto, la adrenalina del anonimato, la satisfacción de no ser descubiertos... por lo que muchos inventan prácticas cada vez más extremas, traspasando los límites, como si fuera una droga. Necesitan estímulos diferentes, siempre parejas nuevas, así que, sin darse cuenta, caen en la vulgaridad y la frivolidad, porque este juego, aunque sea frívolo, requiere personas muy profundas y maduras para evitar que la pasión se convierta en vulgaridad. Si se convierte en un fin en sí mismo, la pareja no se descubre a sí misma ni crece
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL MUNDO DEL INTERCAMBIO DE PAREJAS
1. No intentes romper un matrimonio. Una pareja es sagrada; son amigos y conocidos que buscan brindarte momentos divertidos porque todos lo necesitan.
2. Cumple tu palabra y sé puntual. Si surge algún imprevisto, recuerda avisar con tiempo.
3. Ve a citas y reuniones con la intención de pasarlo bien; hay tiempo para disfrutar con quienes te aprecian, en lugar de hacerles perder el suyo o incomodarlos.
4. Nunca, bajo ninguna circunstancia, presiones ni obligues a nadie a tener relaciones sexuales, especialmente si es tu pareja. RECUERDA... ¡NO... significa... NO!
5. No hables del intercambio de parejas con personas que no hayan mostrado interés. Sería una pérdida de tiempo y te haría quedar en ridículo frente a quienes no son capaces de comprenderlo.
6. Protege la privacidad de los demás con el mismo celo con el que proteges la tuya. No hables de otras parejas que conozcas; el mundo es pequeño y, tarde o temprano, todos los problemas salen a la luz, porque, al fin y al cabo, nos conocemos. No des el número de teléfono ni la dirección de nadie sin permiso. En otras palabras, ¡nunca se es demasiado discreto!
7. Cuida al máximo tu higiene personal y tu aspecto. Es mejor usar perfumes en exceso que fragancias que tu olfato habitual considere naturales.
8. No hagas nada que desacredite o perjudique la reputación del intercambio de parejas. Si formas parte de este mundo, eres parte de una familia... ¡protégela!
9. Sé amable y muestra pasión y cariño con tus amigos swingers, pero recuerda que existe una zona emocional que pertenece exclusivamente a la pareja de cada uno. No invadas su espacio ni seas insistente. A menos que la pareja de la otra persona lo permita. Si uno/a te contacta en privado, pídeles que le comuniquen a su pareja su deseo personal: lo peor que podría pasar es que haya infidelidad entre swingers.
10. Respeta el tiempo, las ideas y los sentimientos de los demás y, sobre todo, responde a sus correos electrónicos con prontitud, aunque solo sea para decir «No, gracias».
Las primeras escenas clandestinas de intercambio de parejas, a nivel social, surgieron en cines de temática sexual alrededor de la década de 1980. Las mujeres entraban a las salas con sus maridos, usando pelucas y gafas, mientras que ellos llevaban barbas y bigotes postizos para evitar ser reconocidos.
Los swingers provenían de todas las clases sociales: profesionales, médicos, empleados, comerciantes, políticos; de hecho, fue la alta sociedad la que impulsó la búsqueda de nuevos placeres.
Además de en habitaciones privadas, lo hacían en aparcamientos de autopistas, discotecas e incluso cines, en las últimas filas, en playas nudistas —algunos lugares turísticos famosos por el nudismo y el intercambio de parejas—. Las parejas exhibicionistas encontraron espacios al aire libre cada vez más diversos.
Se conocían en línea y en revistas especializadas, y a menudo practicaban el «battuage», que en jerga significa «intercambio libre», el tipo de intercambio que se da en aparcamientos (aparcamientos para sexo) y en cruces de autopistas.
Hoy en día, sin embargo, existen clubes especializados, cruceros swinger e incluso pueblos enteros dedicados al nudismo y al intercambio de parejas donde uno sale a la calle, al banco, a los supermercados y todo el mundo está desnudo y se puede tener sexo en cualquier lugar sin ninguna prohibición.
BATTUAGE DE SEX PARKING O DOGGING
Battuage es un término pseudofrancés acuñado dentro de la comunidad gay para describir lugares frecuentados por personas que buscan sexo casual. En cuanto al battuage sexual en estacionamientos o el dogging (sexo al aire libre) practicado por los swingers, es una práctica bien establecida con lugares y horarios específicos. Solo se lleva a cabo ciertos días de la semana, generalmente por la tarde y noche. Las señales codificadas consisten en destellos de luces delanteras o de emergencia del auto. Los autos a cierta distancia se llaman entre sí y responden con sus luces. Una vez que se establece la conexión, las mujeres salen de sus respectivos autos y se acercan a los hombre que permanece dentro de los autos, ellas entran en los autos y comienza el juego.Curiosidad: una anécdota muy picante cuenta que una vez, mientras las dos mujeres caminaban hacia los coches opuestos para intercambiar parejas, a mitad de camino se miraron... y una dijo: "¡Marta!" y la otra gritó: "¡Mamá!"
Las salas de chat y las páginas web de intercambio de parejas están llenas de hombres solteros que se hacen pasar por mujeres y parejas, enviando fotos descargadas de mujeres que creen que son sus esposas, con la intención de intercambiar fotos, pero solo por eso (son unos pervertidos). Muchas parejas intentan comunicarse por teléfono, pero algunos hombres solteros son tan astutos que encuentran a un amigo que les siga el juego y pasan meses engañando a las parejas. Cuando alguien los invita a una cita, dicen que su supuesta esposa está enferma, de vacaciones o con la menstruación, y nunca llegan a la cita. Por esta razón, muchas parejas hoy en día optan por la verificación por webcam.
Dado que el 90% de las parejas que practican el intercambio de parejas juegan a juegos de espejo, hay poca búsqueda o aceptación de personas solteras (¡aunque resulta curioso que el 90% de los anuncios de intercambio de parejas busquen precisamente a personas bisexuales solteras!... prueba de que la mayoría de las parejas que practican el intercambio de parejas están fuertemente influenciadas por los hombres). Solo en las parejas donde no hay rastro de celos, posesividad u otros mecanismos latentes (que se presentan ilícitamente como los peligrosos motivos que impulsan a tantas parejas inexpertas al intercambio de parejas) —repito, solo en estas parejas, libres de cuerpo y mente— hay espacio para invitar al juego a personas solteras. Si se considera adecuadamente, una persona soltera puede ayudar a la pareja a afrontar sus miedos, ya que, con frecuencia, son las mujeres quienes sufren la pasividad de este juego, y con una persona soltera, ella sería quien tomaría las riendas. Por lo tanto, una persona soltera podría, ocasionalmente, ayudar a la pareja a afrontar sus miedos ocultos o su verdadero potencial.
Una popularidad clandestina
Si se hiciera una estadística de las parejas registradas en sitios de intercambio de parejas y salas de chat, además de las parejas que frecuentan clubes privados y las que son amigas de personas que practican el intercambio de parejas pero que no frecuentan clubes privados ni están registradas en ningún sitio, bueno... o peor aún... el porcentaje sería realmente aterrador. Se estima que el 5% de los estadounidenses ha practicado el intercambio de parejas al menos una vez en su vida. En Italia, aproximadamente 2 millones de personas lo practican (un país de 60 millones), por lo que un 3,3% son swingers.
Para que se hagan una idea de este temor, aquí va una anécdota un poco escalofriante, un hecho realmente sucedido en Italia: Una pareja que practica el intercambio de parejas llega al estacionamiento (estacionamiento para encuentros sexuales, llamado sex parking), esperando en la oscuridad a que llame otra pareja con las luces de los autos. Al rato, las luces largas de otro coche se encienden (llamada de intercambio, pareja disponible). Los jóvenes responden con sus propias luces largas. Las mujeres salen de los autos, una dirigiéndose hacia el coche de la otra y viceversa (asì se hacen el intercambio). A mitad de camino, las mujeres se cruzan, se miran y... "¡Marta!", dice la primera, mientras la otra responde: "¡Mamá!"
HOMBRES SOLTEROS BUSCANDO PAREJAS INTERCAMBIANTES
En los sitios de intercambio de parejas, los solteros no marcan la diferencia (como sí lo hacen económicamente en los clubes privados). De hecho, las parejas a menudo los ignoran sin más, simplemente porque, como dice el dicho, "por los pecados de los pecadores, también pagan los justos". Es decir, entre los solteros, a menudo se encuentran personas obsesionadas con el sexo, oportunistas, quienes confunden pasión con vulgaridad, quienes piensan que una mujer que practica el intercambio es fácil, quienes se entregan a la prostitución por ninfomanía... así que, la mayoría de las veces, los solteros principiantes cometen los mismos errores básicos:
1. Inapropiados: Cuando las parejas buscan un hombre soltero, normalmente lo buscan ellas mismas. En cambio, insisten, llenando tu mensajería de entrada con halagos inútiles, números de teléfono y otras atenciones molestas. Cuanto más te contactan, menos credibilidad y seriedad pierden ante una pareja. La mayoría de los solteros ni siquiera leen los perfiles de las parejas; solo miran las fotos y nada más. Solo buscan sexo, no contacto humano.
2. Insistentes: Creen que la pareja los necesita de forma esencial. Te bombardean con mensajes de texto e incluso te organizan citas.
3. Vulgares: Sus perfiles suelen estar centrados en sus genitales; se enfocan en penes, sin conocer a la persona, y solo envían fotos de genitales. A menudo, los halagos con los que intentan impresionar a la mujer, son de mal gusto.
4. Indiscretos: Para la pareja, la prioridad es su privacidad. El individuo forma parte de un juego que no es solo entre la pareja, sino entre ambos, pero no afecta la intimidad de la pareja, que es difícil de distinguir porque se trata de otro tipo de intimidad: la intimidad sexual. Una persona soltera no es un muñeco con el que juega una pareja (porque es un ser humano, igual que la mujer con la que cree estar jugando; ella no es una mujer interesada, sino un individuo único). Por lo tanto, el respeto, la discreción, el tacto y la sinceridad son la base de una persona soltera auténtica. Las personas solteras que cotillean sobre sus aventuras con parejas son la lacra del intercambio de parejas.
Las salas de chat y las páginas web de intercambio de parejas están llenas de hombres solteros que se hacen pasar por mujeres y parejas, enviando fotos descargadas de mujeres que creen que son sus esposas, con la intención de intercambiar fotos, pero solo por eso (son unos pervertidos). Muchas parejas intentan comunicarse por teléfono, pero algunos hombres solteros son tan astutos que encuentran a un amigo que les siga el juego y pasan meses engañando a las parejas. Cuando alguien los invita a una cita, dicen que su supuesta esposa está enferma, de vacaciones o con la menstruación, y nunca llegan a la cita. Por esta razón, muchas parejas hoy en día optan por la verificación por webcam.
Dado que el 90% de las parejas que practican el intercambio de parejas juegan a juegos de espejo, hay poca búsqueda o aceptación de personas solteras (¡aunque resulta curioso que el 90% de los anuncios de intercambio de parejas busquen precisamente a personas bisexuales solteras!... prueba de que la mayoría de las parejas que practican el intercambio de parejas están fuertemente influenciadas por los hombres). Solo en las parejas donde no hay rastro de celos, posesividad u otros mecanismos latentes (que se presentan ilícitamente como los peligrosos motivos que impulsan a tantas parejas inexpertas al intercambio de parejas) —repito, solo en estas parejas, libres de cuerpo y mente— hay espacio para invitar al juego a personas solteras. Si se considera adecuadamente, una persona soltera puede ayudar a la pareja a afrontar sus miedos, ya que, con frecuencia, son las mujeres quienes sufren la pasividad de este juego, y con una persona soltera, ella sería quien tomaría las riendas. Por lo tanto, una persona soltera podría, ocasionalmente, ayudar a la pareja a afrontar sus miedos ocultos o su verdadero potencial.




































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