Evangelio de una put@

TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS.

Los hombres quieren que todas las mujeres sean un poco putas en la cama.
Pero luego quieren que se levanten de la cama como si fueran vírgenes.
En otras palabras: que todas sean putas menos la suya.
Así como el pesimista piensa que todas las mujeres son putas. El optimista así lo espera.
A las mujeres no se les permiten complejidades y facetas:
O eres una dama o eres una puta.
En el sexo el hombre teme la libertad de la mujer,
la quiere solo esclava de èl mismo,
por eso llama "amor eterno" tal esclavitud. 

Para llegar a ser una mujer madura e inteligente hay que conocer muy bien a los hombres y, seamos sinceros, es el primer e inevitable paso para convertirte en una puta, porque si no tienes mentalidad de puta nunca podrás entender a un hombre. Y los hombres que protestan y dicen no tengo razón, los entiendo perfectamente, seguramente dirán que nunca han salido con una puta y nunca lo harán.

Todos me condenan, con palabras, con miradas, con críticas de bar, con chismes hechos en los salones de mujeres respetables, esas mismas señoras que ignoran que sus maridos son mis mejores clientes.
¿Por qué no condenan al hombre que nos busca, nos adora, sueña con nosotras, nos sostiene, nos mantiene y algunos hasta nos aman? Somos la demostración de la impotencia del matrimonio, de la incapacidad humana para encontrar relaciones sanas y verdaderas. Somos pararrayos en medio de esta tormenta de trauma sexual que sufre la sociedad o suciedad, es lo mismo. Cuánta violencia desahogan en nosotras estos hombres decepcionados y frustrados, cuántos sueños castrados viven en nosotras estos chicos llenos de pesadillas, cuántas fantasías envenenadas desahogan dentro de nosotras estos niños que crecieron sin madre, sin esposa, sin amiga... nuestra vulva esconde más secreto que los confesionarios de todas las iglesias.

Algunas personas que hacen alarde de su espiritualidad me hacen reír.
Cuando dicen que aman a todos,
son como nosotras, como putas,
Decimos que amamos a todos, pero en realidad no amamos a nadie.
Este amor universal es ilusorio, abstracto, falaz, engañoso.
El amor es personal, real, inmediato, concreto.

El encuentro de un hombre con una puta tiene algo de sagrado pero también de demoníaco. Por un lado el hombre piensa que ella es un objeto, puede jugar con ella, puede pagar todas sus fantasías, no está obligado a satisfacerla porque ella no quiere esto, de hecho es ella quien cumple este papel, entonces siente que ha domesticado a un demonio, pero como ella está tan disponible, abandonada al placer del hombre y en ella encuentra todo lo prohibido y escondido, también la ve como un sueño inalcanzable; puede entrar en su vientre pero ni siquiera tocar su alma, verla desnuda y ni siquiera ver el velo de su corazón, de modo que a la sombra de ese placer queda algo divino, sagrado, intocable.

Los hombres buscan en mí lo máximo, lo que la mujer corriente no puede ofrecerles, es decir, la vitalidad del límite, de lo prohibido, la sensación sublime de haber tocado el infierno sin sentirse condenado sino más bien ilusoriamente amado. Por eso decía Virginia Wolf:
"La mujer para bien, la virtuosa, la decorosa, la decente, castra el instinto masculino animal del hombre, mientras que la puta se lo devuelve".
 
"¿Pero por qué cobras? Es el dinero lo que te hace deshonesta", me dijo un hombre que no sabía nada de honestad. Pagarle a la perra es muy importante, es algo sagrado. Si el dinero es el instrumento de la posesión imposible, en consecuencia también se convierte en la medida de lo que no se puede poseer. Si me pagas soy libre, el dinero es para mí agua bendita que purifica todo demonio de posesión. Si le regalas un anillo, un vestido, una cena a una mujer y ella acepta estas cosas la vinculan contigo, queda endeudada, tiene un sentimiento de gratitud hacia ti: ese anillo o ese vestido son como un talismán de recuerdos, te unen o te atan para toda la vida, sin embargo el dinero corta todo contacto, cauteriza sentimientos ambiguos, mata los falsos amores. El dinero es mi signo de protección, mi exorcismo contra el falso amor. 





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 pagare la puttana è così importante. Se il denaro è lo strumento dell’impossibile possesso, di conseguenza esso diventa anche la misura di quanto non può essere posseduto”

Una puttana onesta non deve innamorarsi mai, né fare il suo lavoro per piacere ma soltanto per dovere. Amore è dolore

Vi sono delle puttane che trovano il modo di vendersi, ma non saprebbero trovare quello di darsi.


a volte arrossisco quando le persone mi trattano bene e mi rispettano, pensano che quel mio arrossimento sia pudore, ma infondo è vergogna, non sanno che sono una puttana e mi fa una tenerezza infinita sentirmi un essere normale. 


L'incontro di un uomo con una puttana ha qualcosa di sacro ma anche di demoniaco. Da una parte l'uomo pensa che lei sia un oggetto, ci può giocare, può pagare per tutte le sue fantasie, non è tenuto a soddisfarla perchè lei questo non lo vuole, anzi è lei che compie questo ruolo, allora lui sente di aver domesticato un demone, ma essendo lei così disponibile, abbandonata al piacere dell'uomo, lui la vede anche come un sogno irraggiungibile; può ingressare nel suo ventre ma nemmeno sfiorare la sua anima,, vederla nuda e non vedere nemmeno il velo del suo cuore, sicchè nell'ombra di quel piacere resta un qualcosa di divino, sacro, intoccabile. 

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